Reinventarse es complicado, aún más con las limitaciones
económicas que impiden a clubes como la UD Almería competir cara a cara por
incorporar jugadores superlativos. Atrás quedaron los Negredo y Crusat. El
mercado de la Liga Adelante ha sido la baza. Futbolistas destacados en la
categoría de plata con la asignatura subrayada de lograr la permanencia un año
más en tierras almerienses. Será complicado, como el curso pasado, pero el
feeling de la afición con el míster es
un plus.
Presión en 1-4-4-2
Llevar a los costados y apretar. Soriano y Hemed, la primera
línea de presión en el 1-4-4-2 defensivo, marcan la altura del pressing.
Orientan la presión, obligan al central a jugar a banda y el resto del equipo
adelanta posiciones para robar. Verza y Thomas defienden por perfiles y
persiguen al mediapunta que baja a recibir. Es un conjunto agresivo, de
espaldas aprietan al rival y el robo es la señal para atacar en tromba.
Sin una salida clara
El ataque organizado carece de profundidad. En 1-4-2-3-1, al
equipo le cuesta batir líneas si la defensa rival es posicional. Los laterales
saltan una línea, se predisponen abiertos y los extremos ofrecen línea de pase
por dentro. Verza baja a recibir, entre centrales u orientado en derecha, para
clarificar la salida, pero la vía asidua es lanzar en largo a Soriano-Hemed y
hacer daño a partir de la segunda jugada.
Todo a las transiciones
Por contra, la transición defensa-ataque es el arma letal.
El plan consiste en acrecentar las pulsaciones del partido y convertir el
encuentro en un intercambio de golpes rápidos. Francisco exprime las
características técnico-tácticas de sus jugadores y amolda el modelo de juego a
ellas. Jonathan y Édgar, más las ayudas de los laterales y Thomas, como
complemento vertiginoso a la presencia y a la llegada de Soriano y Hemed.
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