La regularidad como requisito indispensable. La Champions
League está cara, mucho. Una plaza para un ramillete de equipos que oscilará en
función de los invitados sorpresa. Retener a Bacca e incorporar a Iago Aspas,
Deulofeu y Denis Suárez, entre otros, declinan la balanza hacia la ilusión a
pesar de las salidas de Rakitic y Fazio.
En defensa, equipo con las líneas muy juntas.
El Sevilla FC defiende en pocos metros. Krychowiak e Iborra,
el doble pivote, persiguen al rival que invade sus zonas competentes. Genera un
efecto negativo: si la marca va lejos, lo atosigan, generándose espacios a sus
espaldas. Un equipo compacto, muy físico y agresivo. Contemplan la anticipación
como el antídoto infalible para abortar las progresiones rivales y ello
requiere concentración máxima.
Acciones a balón parado, una alternativa viable.
Las acciones a balón parado (ABP) seducen a Emery. Las
percibe como una alternativa al juego, una vía rápida para desatascar partidos,
y les confiere una importancia capital. El poderío físico descomunal, y buena
prueba de ello es que Nico Pareja no sea un fijo en incorporarse a rematar, y lanzadores
como Denis Suárez y Trémoulinas son los ingredientes. El polaco Krychowiak, al
que le practican bloqueos y aclarados, es el destinatario natural en este tipo
de lances.
Asimetría en ataque organizado.
El ataque posicional es asimétrico. Por derecha, es Aleix el
que juega sobre la cal, aunque a veces Coke doble por fuera; y por la izquierda,
Vitolo traza diagonales y se incrusta en posiciones interiores para dejar toda
la banda al galo Trémoulinas. Excepto Bacca, los atacantes no son rematadores,
y por ello el patrón a seguir es meter centros al área entre centrales y
portero. Ahí, la ventaja es para el atacante que llega en carrera.
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