viernes, 10 de mayo de 2013

Ganar para pensar en la próxima campaña

El mensaje a inicios de campaña era claro. Volver a la élite transformando el paso atrás por haber descendido en un impulso fortalecedor. La continuidad del bloque, el mayor protagonismo de la cantera e incorporaciones como Mandi y Carmona, para suceder a los Diego Castro y Barral conformaban los cimientos para retornar. La gran segunda vuelta se traduzco en ilusión por engancharse al playoff, pero las tres derrotas consecutivas han arrasado cualquier atisbo de esperanza. La meta ha sido redirigida hacia certificar la salvación matemática para comenzar a planificar la próxima temporada.

El esquema habitual del Sporting es un 1-4-3-3. Supone un boceto, un punto de partida. Los movimientos y las permutas de posiciones se producen continuamente, sobre todo en los hombres de ataque. Cuando el equipo defiende, uno de los volantes adelanta su posicionamiento para perseguir al pivote contrario (presumiblemente, Cases a Garai) a fin de ahogar la salida de balón del rival. Y ahí crece en importancia las anticipaciones de los jugadores más retrasados, acompañando la presión del equipo y reduciendo los espacios entrelíneas.



Las dudas bajo palos


Juan Pablo era el hombre. Su gran actuación el pasado curso en la Liga BBVA le atribuía titularidad indiscutible. En 2013, Pichu Cuéllar ha jugado prácticamente todo -excepto 3 partidos- en detrimento de Juan Pablo. Cuéllar es un portero ágil de movimientos pero con una carencia clara: el juego aéreo. Siembra dudas y ello llega y contagia a sus compañeros. No obstante, su gran y preciso saque con la mano unido a su buen nivel en el juego con los pies, suponen una baza más en el ataque asturiano. Cuando Pichu bloca, los jugadores sportinguistas se predisponen a recibir en largo y correr a la contra.

Arriesga en posesión


El Sporting de Gijón de Sandoval es un conjunto que asume riesgos con el balón en su dominio. Los laterales, Lora y Canella, se proyectan en ataque de manera asidua. Consecuentemente, los dos centrales quedan expuestos en materia defensiva y es ahí donde cobra importancia el rol de Bustos. Tras cumplir ciclo frente a la UD Las Palmas, todo hace indicar que volverá al once en detrimento de Mandi. Rara vez abandona su posición. Es el pivote defensivo, el stopper, y como tal, por delante de la defensa debe igualar líneas y estar alerta para realizar coberturas.

Desconcierto en el rival


La movilidad de los 5 hombres más adelantados  (2 volantes + 3 atacantes) es constante y causan desconcierto en las zagas rivales. Jugadores de mucha calidad y que mediante el juego asociativo en pocos toques o el dribling en espacios reducidos marcan diferencias. A excepción de Santi Jara que se asemeja más a un extremo puro, los Sangoy, Carmona, Trejo, Casquero y Nacho Cases, entre otros, se escalonan en posiciones más centradas habilitando los pasillos para las subidas de los laterales (ver imagen). Practican la superioridad por dentro, y el gran desplazamiento de balón de todos supone un aval para que los desmarques al espacio  del delantero centro (David Rodríguez ó Mate Bilic) y de los laterales sean fructíferos.

Lo mejor


La calidad y la versatilidad de los hombres de tres cuartos en adelante. Son capaces de decidir un partido en una jugada.

Lo peor


La lentitud de los centrales (Bernardo y Borja). Ambos superan el 1'90 y con las subidas de los laterales quedan expuestos. El balón al espacio les hace mucho daño.

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