Relevo parcial. Luís Enrique dejó la impronta de equipo
ganador y con personalidad. Conjunto dinámico, vertical y con pegada. La idea
de Berizzo es, al menos de momento, dar continuidad al proyecto con el añadido
de la agresividad defensiva. Un hombre que conoce la casa y que ha sido mano
derecha de Bielsa. El optimismo en Vigo es alto. La permanencia es prioritaria,
pero se intuye un año bonito para los celestes con la Europa League como
incentivo.
Balón controlado desde la base
Jugar desde atrás es una elección y buscar la eficiencia
genera una contraprestación. Se requieren defensas con buen trato de balón y,
salvo excepciones mediáticas, estos no destacan por ser grandes marcadores.
Cabral y Fontás, el ejemplo. Berizzo declina la salida lavolpiana y ellos dos
asumen responsabilidades si solo sale un punta a la presión. El 2x1 y la
capacidad técnica de ambos, argumentos suficientes para arriesgar desde la base.
Si los atacantes pican al espacio sufren y adelantan posiciones convirtiendo la
anticipación en su mejor aliada.
Verticalidad y agresividad
El Toto persigue acrecentar la agresividad del conjunto
celeste. En defensa, queda margen de
mejora, siendo Jonny el más intenso. Es la tarea pendiente. Y en ataque los de
Berizzo son verticales. Los perfiles de los volantes Krohn-Dehli y Álex López
contribuyen y el ritmo de los de arriba es vertiginoso. El equipo busca ser
dominador pero no le incomoda convertir el encuentro en un toma y daca. La
ruptura de Larrivey enriquece y el juego en largo hacia el argentino es una
alternativa viable.
Asimetría en los costados
El 1-4-3-3 se vuelve asimétrico. Orellana, en la derecha,
juega sobre la cal y ensancha al equipo. Es rápido y el control ya contiene el
objetivo de encarar al contrario. Suele ir hacia fuera y buscar el centro para Larrivey.
Por su parte, Nolito parte en izquierda y tira diagonales, crea superioridad
por dentro y su gran juego asociativo marca diferencias. En el 1x1 es un
látigo, eléctrico y con chispa, unido al plus en forma de autoestima.