El rendimiento de un futbolista, a pesar del escepticismo existente al respecto, depende de una serie de condicionantes. Es un sumatorio de elementos. De un lado, todos los clubes se fijan unos objetivos, de rango superior o inferior según la entidad, y el futbolista debe aceptar intrínsecamente que tiene que estar capacitado para pelear hasta el final y conseguirlos. Ello conlleva una presión diaria y constante. De otro, la "migración futbolística" conlleva un periodo de acondicionamiento vital en el buen hacer del jugador. Esa ambición del futbolista requiere amoldarse a un modo de vivir diferente y a llevar el día a día lejos de la familia y de los amigos.
Jose Luis Gómez "Joselu", natural de Granada, se curtió en los escalafones inferiores del FC Barcelona, estando en La Masía desde los 12 años. Compartió vestuario con jugadores reconocidos en el marco nacional e internacional como Bojan y Jonathan Dos Santos. Las aptitudes y actitudes de Joselu iban creciendo, y en juveniles fue nombrado el mejor jugador en categoría juvenil de España. Además, fue goleador en la final de la Liga de Campeones juvenil. Luis Enrique, entonces técnico del filial blaugrana, depositó la confianza en el granadino y lo subió directamente al FC Barcelona B.
El salto cualitativo, fruto de esta decisión, era brutal y marcó enormemente a Joselu. Pero en un sentido diametralmente contrapuesto a lo que podemos imaginar: decidió poner punto y final a su trayectoria en el club blaugrana. La causa no fue el rendimiento deportivo, sino que una crisis psicológica y diversos problemas de acondicionamiento provocaron que decidiese retornar a su tierra, a Granada. No obstante, recibió la llamada del Espanyol, y firmó por tres temporadas al creer que todo lo anterior estaba superado. Así, intentó de nuevo retomar el fútbol lejos de Granada.
Las sensaciones negativas se repitieron, y Joselu renunció a los tres años de contrato con los pericos. Volver al sur de España y continuar creciendo cerca de los suyos fue la elección. Recaló en el Jaén, con el que llegó a disputar la fase de ascenso a la Liga Adelante. Volvió a sentirse futbolista de lleno, olvidando los problemas anteriores, y cuajó un gran año. El Almería se hizo con sus servicios, disputando la campaña 2012/2013 con el filial almeriense, aunque ha alternado entrenamientos con el primer equipo a los mandos de Javi Gracia. A sus solo 22 años -a pesar de todo lo recorrido- llega a Córdoba con ambición y con ganas de hacer cosas importantes.
La capacidad de superación de Joselu, incluso a edades tempranas en su caso, es admirable. Su historia supone un ejemplo más de la complejidad que rodea al mundo del fútbol. Más allá del futbolista, hay una persona. Unos sentimientos. Un estado emotivo y afectivo que repercute, como hemos comprobado, en el rendimiento del futbolista.
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